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lunes, 15 de septiembre de 2008

Slashers con acento francés

Algo inexplicable les está pasando a los directores franceses. Es como si hubiese estallado una central nuclear y todos los gases radiactivos estuvieran afectando a los cerebros de los treintañeros con posibilidades de hacer algo grande en la vida. Eso o es que están todos locos.
Alexandre Aja destapó la caja de los truenos con su Alta Tensión, ganadora de 4 premios en el Festival de Sitges 2004, y aunque posiblemente haya directores franceses con grandes pelícuas de terror anteriores a la de Aja, ninguna tuvo tanta repercusión. Dándole un toque lésbico a la trama tal y como se hiciese anteriormente en Deep in the Woods, Aja convirtió a Cécile De France en la heroina con piel de cordero. Para muchos Alta Tensión fue la película de terror del año y la sorpresa del festival, para otros otra película de terror más. Lo que no sabíamos era que lo mejor estaba por venir. AlexandreAja se convertiría en el 2006 en un tío de 27 años con un futuro prometedor gracias a su remake de Las colinas tienen ojos.

Dos años después aparecían de la nada David Moreau y Xavier Palud, dos cabrones con una táctica parecida a la de Aja y con sus misma intenciones. Que alguien me cuente de donde sale toda esta gente que me mudo mañana mismo. Su debut en la gran pantalla fue Ils, una película con un planteamiento bien simple y sin festivales de hemoglobina. La forma discernía de la de Aja pero el efecto fue casi el mismo. Algunos dijeron que Ils había reinventado (una vez más) el terror psicológico, que no hacía falta recurrir al cine asiático o a cosas como El proyecto de la bruja de Blair para encontrar nuevas fórmulas cuando los franceses estaban atacando con un cine de terror de alta calidad. Para mi Ils es la prueba irrefutable de que la es posible angustiar al espectador sin necesidad de amputar brazos o reventar cerebros. The Descent es otra buena muestra de ello.

Cuando parecía que nada podía superar los límites sangrientos impuestos por Aja con su Alta Tensión, Alexandre Bustillo y Julien Maury la hicieron más gorda con la brutal A l'interieur. Y señores, esto es lo más grande que he visto en años. Todos los premios que se puedan dar a una película de terror por ser fiel a unos patrones y desarrollar una trama de una manera tan cojonuda se los tendría que llevar A l'interieur. Lo siento mucho pero es una puta obra maestra. Dale a la enorme Béatrice Dalle unas tijeras, pon en su camino a una embarazada la noche de navidad y tendrás el mejor slasher que se ha hecho en años.

Una extraña mezcla de opiniones suscitó en cambio Frontière(s) de Xavier Gens, quien tuvo la poca vergüenza de dirigir la mierda tan grande que es Hitman. Frontière(s) prometía el oro y el moro, el boca a boca tras su paso por le Festival de Sitges decía que era la mejor película de terror del año y sinceramente, después de ver A l'interieur era difícil de creer. Al final todo se acabó resumiendo en una historia que no tenía demasiado sentido y que era una calca de La matanza de Texas, sólo que esta vez los miembros de la familia eran nazis pero estaban igual de locos. Me la habían pintado tan bien en su momento que me decepcionó bastante, pero dentro de lo fallido que podía haber salido el experimento, no dejaba de ser una prueba más de que en Francia estaban pasando algo gordo y que no todos pueden ser unos genios.

A día de hoy y con todas estas pelís grabadas en la retina con mayor o menos intensidad, llega Martyrs de Pascal Laugier, otro desconocido que se sube al carro de los splatters con sabor a bavaroise de glóbulos rojos. No creo que se llegue a estrenar en los cines pero si aparece entre la programación del Festival de Sitges de este año, con un poco de suerte la veo antes del miércoles. Al principio viendo sólo el poster creía que estaba delante de la versión francesa de Jack Ketchum: The girl next door, una peli protagonizada por dos niñas que sufren continuos abusos de todo tipo por parte de una familia de descerebrados, y ya que estoy aprovecho para recomendarla también.