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domingo, 18 de enero de 2009

El fantasma de la ópera (L) higadillos


Repo! The genetic Opera (2008)


Repo! The Genetic Opera
es un neo-musical ambientado en un futuro que acusa las consecuencias de una epidemia, cuyo objetivo era atacar los órganos humanos hasta su destrucción. Para reponer los órganos de aquellos afectados por la enfermedad, aparece GeneCo, una empresa que se ofrece a sustituir estos órganos por otros creados geneticamente, previa firma de un documento hipotecario. Todo aquel que no lleve a cabo el pago de sus órganos en el tiempo estipulado por GeneCo, recivirá la visita de Repo Man, el recuperador (traducción literal) de órganos, quien saldará la deuda con métodos poco ortodoxos y menos higiénicos. Hasta aquí todo pinta de maravilla, vamos a ver sangre a borbotones y será el mejor musical que hayamos visto en nuestra vida. Pues ni de coña señores, hemoglobina la suficiente para satisfacer mis necesidades básicas, pero una servidora no puede decir mucho más en su favor.

El primer contacto con el nuevo filme de Darren Lynn Boussman (Saw II, Saw III y Saw IV) no se dio en las circunstancias propicias para que surgiera la chispa. Los asistentes a la última edición del Festival de Sitges sufrimos en nuestras carnes todo el movidón que hubo con el "estreno" de Repo!. Para empezar, se canceló el primer pase del festival por motivos de seguridad, ya que su director exigía unas medidas de seguridad propias del JFK para que no se pudieran entrar a la sala teléfonos móviles y cámaras de fotos/vídeo, no fuese a haber alguien con ganas de pasarse toda la película con el brazo gangrenado a cambio de un screener. Tras suspender dicha primera sesión, los que teníamos entradas para el pase nocturno (01:00 am) tuvimos que vaciar nuestros bolsillos y mochilas en unas bandejas al estilo de los aeropuertos, con el posterior repaso de la cabeza a los pies con un detector de metales. Esto hizo que el pase se retrasara aproximadamente unas dos horas, y que casi muriéramos congelados haciendo cola como buenos cinéfilos y pringados de primera. Seguramente el Sr. Darren Lynn Bousman no era consciente de que en la calle estábamos a 8 grados y por ello, tanto él como el director del festival se llevaron un abucheo al más puro estilo hooligan. Desafortunadas coincidencias a parte, servidora tenía puestas todas las esperanzas en Repo! y la decepción fue tal, que una vez terminada la película, no era capaz de saber si me había gustado o por el contrario estaba a punto de vomitar.

Soy fan acérrima de la mayoría de películas musicales como The Rocky Horror Picture Show, El Fantasma del Paraíso o Hedwig and the Angry inch, y no me cansaré de decir que son auténticas obras maestras, por lo que compararlas con Repo! debería estar prohibido aquí y en la China popular. Si buscas canciones pegadizas ésta no es tu película. Tampoco lo es si buscas elaboradas coreografías o interpretaciones magistrales. Hasta en eso Bousman mete la pata. Paris Hilton a parte, el resto de actores del reparto me parece que tienen un nivel increíble como para desaprovecharlos de esta manera. Paul Sorvino, Anthony Head, Bill Moseley...todos sobradamente conocidos por méritos propios, caen en la trampa del quiero y no puedo. Cómo se puede concebir que Bill Moseley quede eclipsado por todo el resto de personajes, totalmente insustanciales, cuando se le da un papel de loco desquiciado que le viene como anillo al dedo? Será que Rob Zombie es mejor director y sabe hacer brillar a sus actores como realmente se merecen? A Los renegados del diablo y La casa de los 1000 cadáveres me remito. En cuanto a Paris Hilton, quien diga que la rubia está más que decente en esta película, miente y lo sabe. Paris sólo sabe hacer una cosa: no hacer nada. Su único cometido en el filme es mostrarse tal y como es en la vida real, mona, estúpida y caprichosa, un lobo con piel de cordero que esconde algo oscuro. Porque vale que la Hilton no es tan tonta como parece, pero para nada es buena actriz.
En cuanto a los detalles técnicos y propiamente cinematográficos, mucho filtro, mucho decorado por ordenador, colores difuminados y un aspecto de pálida decadencia y mal rollo en el ambiente que sí consigue dar un clima tétrico y malrollero (épicamente gótico que dirían algunos) en algún momento puntual, como la escena en la que Paris Hilton se adentra en los bajos fondos en busca de Zydrate, la droga de moda al estilo del V en True Blood o el Nuke en la saga Robocop. Visceralmente hablando, sólo le salvo a Repo! dos momentos memorables, uno de ellos protagonizado por Mag la Ciega, el personaje más interesante de la película por no decir el mejor. No esperaba un festival de vísceras fuera de lo normal, pero si algo más cañero y sorprendente que Sweeney Todd.

Creo que había mucha "chicha" para hacer una ópera-rock excepcional que se metiese en el bolsillo a cualquier seguidor del cine de terror y fantástico, pero se escapa algo, y tengo que reconocer que el planteamiento es cojonudo pero no se cuál es la intención. Tal vez todo pasa demasiado rápido y el bombardeo constante de información y el ir y venir de personajes no acaba de ligar con la tranquilidad y sosez, casi tontuna, de los momentos musicales, de los que únicamente cabe destacar Seventeen como el tema más pegadizo de la película gracias al estilo Horrorpops de Shilo Wallace, la hija del recuperador.



Sin duda Repo! ha sido la primera decepción del año, aunque yo la arrastro desde octubre. Y si ha desaparecido de la mayoría de salas en menos de una semana, no será por el intento de querer venderla como una película de serie b con intenciones de convertirse en el fenómeno que fue y sigue siendo The Rocky Horror Picture Show, si no porque es mala de cojones.

martes, 6 de enero de 2009

La élite de los títulos de crédito

Ay los títulos de crédito, esos grandes olvidados del cine...ineludibles en cualquier filme y a los que no prestamos ni la más mínima atención pese a ser algo más que un montón de nombres propios.

Cuando pienso en Catch me if you can o Sweeney Todd, por decir dos al azar, sólo me vienen a la cabeza sus títulos de crédito, claro ejemplo de una una intro que destaca por encima de la propia película. Y es que una buena carta de presentación, una elegante despedida, o ambas cosas, son una apuesta segura para encandilar al espectador, el cual se predispone a devorar la película como si de un filete se tratase. Siempre acompañados de una banda sonora apropiada, los títulos de crédito son pequeñas obras de arte que llevan consigo horas de trabajo y elaboración, porque no todo se hace a base de photoshop y programitas para 3D, que los créditos son tan viejos como el propio cine.

El creador de los títulos de crédito de las películas de Hitchcock, Saul Bass dio el primer paso en la creación de una industria que cuenta con sus propias empresas de títulos y motion graphics, tal y como ha ido pasando a lo largo de las décadas con los efectos especiales. Imaginary Forces, propiedad de Kyle Cooper (responsable de los créditos iniciales de Seven), es uno de los estudios de diseño y producción de títulos de crédito más importante del mundo, y a su vez es la culpable de elaborar las "opening title sequences" de todas las películas basadas en cómics de la Marvel.Pero no por contar con millones de dólares de presupuesto un filme va a tener unos títulos de crédito para caerse de culo. El cine independiente, que poco tiene que envidiarle a las superproducciones de Hollywood, estira de la imaginación de jóvenes creadores para elaborar auténticas obras de arte, como es el caso de los títulos de Napoleon Dynamite o Juno, dos claros ejemplos de todo el rollo que estoy soltando.

Y si alguien quiere indagar en el apasionante mundo de las letritas que salen al principio de las películas y a las que muchas veces no hacemos ni puñetero caso, aquí va mi top ten.

1. Casino Royale (2006)


2.American Splendor


3. Cómo ser John Malcovich


4. Se7en


5. El señor de la guerra


6. Kiss Kiss Bang Bang


7.The Ring


8. Dexter


9. Sympathy For Lady Vengeance


10.Dawn of the dead

No me iba a olvidar de dos películas cuyos créditos no están hechos a base de programitas de Adobe y tecnologías varias, pero que son la prueba fehaciente de que con una buena banda sonora se pueden crear verdaderas maravillas. Claro, que estamos hablando de Tarantino y Tarsem, ahí es nada.

Jackie Brown


The Fall