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jueves, 21 de agosto de 2008

Un pedazo de Grindhouse


Planet terror (2007)


Robert Rodríguez puede considerarse uno de los directores más “frikis” que ha parido la historia contemporánea del cine. Mexicano de nacimiento y enfermo mental de profesión, Rodríguez es capaz de dirigir sin ningún tipo de vergüenza a Antonio Banderas primero en Desperado y años después en Spy Kids - y sus secuelas - y por el camino engordar su filmografía con la mediocre pero resultona The Faculty, la perfecta Sin City y la brillante, y mi favorita Abierto hasta el amancer.

Amigo inseparable de su sombrero y de Quentin Tarantino (Dios los cría y ellos se juntan) la demencia y predilección de Rodríguez por el cine de serie B se han mezclado con su obsesión por conservar sus raíces y dejar constancia en pantalla de cuál es su país de origen, México, y pieza a pieza se ha formando como un director con un estilo propio al que hay que aplaudirle todo lo que ha hecho hasta ahora. En esta ocasión con Planet Terror, más que un aplauso se merece una reverencia.
De la forma más friki que se le ha ocurrido, Rodríguez ha metido en el mismo saco todos los tópicos del cine ochentero de serie B casi Z para montar una locura visual que ha provocado humedades en más de uno. Si lo del proyecto Grindhouse había sido la mejor idea que se les podía haber ocurrido a los dos directores más locos del universo (con todos mis respetos hacia los Farrelly), no sabíamos lo que estaba por venir pero lo podíamos intuir, y hemos hecho de tripas corazón para comernos la nefasta idea de estrenar Planet Terror y Death Proof por separado, algo que no voy a comentar aquí porque ya me quedé bien ancha despotricando sobre ello hace un tiempo.

Intentando spoilear lo mínimo posible intento hacer llegar al mundo entero mi mensaje con olor a barbacoa, predicando que Planet Terror era la película que he estado esperando todo el verano (por que si digo toda mi vida me van a lapidar) , que no se puede disfrutar más en un cine de lo que lo hice en su momento, y que el día que se alineen los planetas y el mundo vaya a explotar a causa de la colisión de un meteorito con la Tierra, Planet Terror será la última película que vea antes de arder. Y en los alientos finales me pondré alguno de los fake trailers.
Nada en Planet Terror es prescindible y todo es gratuito, aunque pueda parecer contradictorio. Metamos en un pueblo a Rose McGowan, Bruce Willis, Quentin Tarantino, Tom Savini, Marley Shelton, unos mutantes raros, un hospital lleno de enfermos, un restaurante barbacoa, armas mortíferas y ningún tipo de lógica, y obtendremos como resultado la primera hora y media de Planet Terror. La incoherencia se apodera de cada minuto de metraje del filme, pero a nadie le importa porque la burrada se va haciendo tan grande como el sentido del humor del cabrón de su director. Con ese efecto de celuloide requemado, sublime en momentos cruciales del film y que estoy segura que es hipnotizante y te lanza descargas de adrenalina hacia las retinas (si es que eso existe y se puede hacer), te pegas a la pantalla para no perderte ninguna de las delirantes escenas hechas con unos efectos especiales de troncharse, made in Troma, mientras los chistes, las bromas desfasadas y las menciones a directores como George A. Romero y al propio Robert Rodríguez, se suceden a la misma velocidad que Cherry dispara su AK47-pierna.Un guión tan ridículo como brillante caracteriza por primera vez a una mujer (nada más y nada menos que una bailarina de strip-tease, perdón go-go) como la única heroína capaz de salvar el mundo, a unos personajes imposibles interpretados por actores correctísimos que, mientras coches en llamas salen volando por los aires al ritmo de la propia música de Robert Rodríguez, deben lidiar con una jauría de enfermos de origen desconocido llenos de pus. Y a los mutantes, los verdaderos protagonistas del film me remito. No nos equivoquemos, que lo de Planet Terror no son zombies sino mutantes o simplemente infectados, como podrían serlo los putrefactos de Cabin Fever. ¿ Vuelvo a ser yo o se huele el más que evidente homenaje a El vengador tóxico y si me apuran, a los monstruos de la desternillante Slither?. Los seres más asquerosos y postizos que he visto en años están creados con premeditación y alevosía, porque está claro que el presupuesto estaba destinado a otras cosas y que las intenciones del director eran claras: casquería a tutiplén sin ningún tipo de censura. Asco, ninguno. Disfrute, cien por cien.

Planet Terror se nutre de todo lo que a los fans del terror nos hace levantarnos por la mañana y asomar la cabeza por la ventana con una sonrisa en los labios. Rodríguez se ha sacado de su sombrero de cowboy la mejor película de terror cutre y casposa de los últimos años a base de homenajearse a si mismo y los grandes del género, rematando la faena con ese aperitivo en forma de fake trailer que se proyecte justo antes de Planet Terror titulado Machete, con el habitual e imprescindible Danny Trejo en el papel de un ex-federal sediento de venganza. Y cuidado, que se avecinan tiempos mejores en los que Machete se materializará en forma de película acompañada por el siguiente tag-line: “They F**ked With The Wrong Mexican!”.

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